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PADECIMIENTOS GASTROINTESTINALES
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CÁNCER DE HÍGADO
El hígado es el órgano de mayor tamaño dentro del cuerpo. Ayuda al organismo a digerir los alimentos, almacena energía y elimina toxinas. El cáncer hepático primario comienza en el hígado. El cáncer de hígado metastático comienza en otro lugar y se disemina al hígado.
Hay dos formas de cáncer de hígado. El cáncer que comienza en el hígado se llama cáncer primario de hígado o carcinoma hepatocelular (HCC). El cáncer que se disemina al hígado desde otro órgano se llama cáncer de hígado metastásico . El HCC es responsable de la mayoría de los cánceres de hígado y ocurre con mayor frecuencia en los hombres que en las mujeres.
Visualización del Cáncer de Hígado Fuente.
Ciertas personas corren un mayor riesgo de desarrollar CHC, incluidos los que tienen hepatitis o cirrosis. La obesidad y el abuso de alcohol también están relacionados con el cáncer de hígado primario. Los síntomas a observar son fatiga, pérdida de apetito, pérdida de peso, ictericia (coloración amarillenta de la piel y los ojos) o dolor abdominal. Muchas personas no experimentan síntomas hasta las últimas etapas, por lo que es posible que el cáncer no se encuentre hasta que esté avanzado, por lo que es más difícil de tratar.
Las opciones de tratamiento para el cáncer de hígado son similares a los tratamientos de la mayoría de los cánceres y pueden incluir cirugía, radiación, quimioterapia y, en algunos casos, trasplante de hígado.
Los factores de riesgo de cáncer de hígado primario incluyen:
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Hepatitis B o C
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Consumir grandes cantidades de alcohol
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Tener cirrosis, o cicatrización hepática
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Tener hemocromatosis, una afección que causa problemas con el almacenamiento de hierro en el cuerpo
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Obesidad y diabetes
Los síntomas pueden incluir una masa o dolor en el lado derecho del abdomen y coloración amarillenta de la piel. Sin embargo, usted puede no presentar síntomas hasta que el cáncer ya esté avanzado. Esto dificulta el tratamiento. Los doctores usan pruebas que examinan el hígado y la sangre para diagnosticar cáncer de hígado. Las opciones de tratamiento incluyen cirugía, radiación, quimioterapia o trasplante de hígado.
Síntomas del cáncer de hígado
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Dolor, especialmente en la parte superior derecha del área abdominal, cerca del omóplato derecho o en la espalda;
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Pérdida de peso sin razón aparente;
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Nódulo duro debajo de las costillas sobre el lado derecho del cuerpo que podría ser el tumor o un signo de que el hígado ha aumentado de tamaño;
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Debilidad o fatiga.
Cuando se diagnostica el HCC, algunas personas ya sabrán que tienen cirrosis y estarán recibiendo cuidados de un médico. La cirrosis, más que el tumor, puede causar algunos de los síntomas que presentan las personas con HCC. Estos incluyen hinchazón abdominal por acumulación de líquido, llamada ascitis, y necesidad de cantidades cada vez mayores de pastillas de agua, llamadas diuréticos, para controlar la acumulación de líquidos. La encefalopatía hepática (confusión mental) y el sangrado del esófago o el estómago, o cualquier empeoramiento de la afección también pueden indicar la presencia de cáncer.
Factores de riesgo del cáncer de hígado
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Cirrosis. La cirrosis se desarrolla cuando las células del hígado se dañan y son reemplazadas por tejido cicatricial. En varios países, la mayoría de los casos de cirrosis son consecuencia del consumo excesivo de alcohol (en inglés). Otras causas son el hígado graso no alcohólico (NAFLD), hepatitis viral (tipos B y C, descritas a continuación), exceso de hierro en el hígado debido a una enfermedad denominada hemocromatosis y otros tipos de enfermedad crónica del hígado poco frecuentes. El consumo excesivo de alcohol en combinación con la infección por el virus de la hepatitis pone a las personas en alto riesgo de cirrosis y HCC.
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Obesidad, NAFLD y diabetes. La obesidad provoca que la grasa se deposite en el hígado, lo que produce una afección conocida como NAFLD.
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Hepatitis viral. Los virus de la hepatitis son virus que infectan el hígado. Los 2 tipos frecuentes son la hepatitis B y la hepatitis C. La hepatitis viral es el factor de riesgo más importante para este tipo de cáncer en todo el mundo. La hepatitis C pasó a ser mucho más frecuente que la hepatitis B porque no existe una vacuna para prevenir la hepatitis C.
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La hepatitis viral se puede transmitir de una persona a otra a través de la exposición a la sangre o los fluidos corporales. Esto puede ocurrir a través de una lesión, por compartir agujas para consumir drogas o mediante el contacto sexual. En el caso de la hepatitis B, un feto o un lactante puede contraer el virus si la madre lo tiene. Esto puede evitarse vacunando al bebé.
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Si usted desarrolla hepatitis aguda B o C y luego “elimina el virus”, no tiene un riesgo más elevado de desarrollar cáncer de hígado. Solo las personas que no eliminan el virus y tienen una infección persistente corren un riesgo mayor. Su médico podrá realizar análisis de sangre que indiquen si usted ha eliminado el virus.
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Edad. En promedio, el cáncer primario de hígado en adultos ocurre con mayor frecuencia en las personas mayores de 60 años.
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Sexo. Los hombres son más propensos a presentar este tipo de cáncer que las mujeres.
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Factores ambientales. Algunos factores ambientales pueden aumentar el riesgo de presentar cáncer de hígado, por ejemplo, la exposición a determinadas sustancias químicas o el consumo de alimentos contaminados con aflatoxina. La aflatoxina es una toxina producida por un hongo que puede crecer en las nueces o los granos almacenados.
Los factores de riesgo son acumulativos. Esto significa que tener más de 1 factor de riesgo aumenta aún más el riesgo de presentar cáncer de hígado. Por ejemplo, una persona que es portadora del virus de la hepatitis B y C tiene un riesgo más alto que una persona que es portadora de 1 solo tipo del virus. Del mismo modo, una persona con hepatitis C que además bebe alcohol tiene un riesgo más alto.
Cuatro etapas del cáncer de hígado
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Etapa I: El tumor mide menos de 2 cm. No existe un aumento de la presión en la vena porta. Los niveles de bilirrubina son normales. Generalmente, se recomienda cirugía.
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Etapa II: El tumor mide menos de 5 cm. La función hepática varía. Es posible que no exista un aumento de la presión en la vena porta; que exista un aumento de la presión en la vena porta y que los niveles de bilirrubina sean normales; o que exista un aumento de la presión en la vena porta y un aumento de los niveles de bilirrubina. Las personas con la enfermedad en estadio temprano pueden ser posibles candidatas para un trasplante de hígado, una cirugía o una ablación por radiofrecuencia (Radiofrequency Ablation, RFA).
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Etapa III: Es posible que el tumor sea grande o que existan varios tumores. Los médicos normalmente recomiendan terapias regionales, como la quimioembolización transarterial.
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Etapa IV: El tumor ha invadido la vena porta o se ha diseminado a otras partes del cuerpo, como los pulmones y los huesos. Los médicos normalmente recomiendan la terapia dirigida
Pruebas para diagnosticar el cáncer de hígado
Se pueden utilizar las siguientes pruebas para diagnosticar el HCC. Esta lista describe opciones para el diagnóstico de este tipo de cáncer. No todas las pruebas mencionadas a continuación se utilizarán para todas las personas.
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Examen físico. Si una persona tiene síntomas de HCC, el médico palpará el abdomen para detectar la presencia de nódulos, hinchazón u otros cambios en el hígado, el bazo y otros órganos cercanos. El médico también buscará una acumulación irregular de líquido en el abdomen y signos de ictericia, lo que incluye color amarillento en la piel y en las membranas blanquecinas de los ojos.
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Análisis de sangre. Al mismo tiempo que el examen físico, el médico muy probablemente realizará un análisis de sangre para buscar una sustancia denominada AFP.
Además, generalmente se necesitan otras pruebas para diagnosticar el HCC, localizar el tumor en el hígado y determinar si este se ha diseminado a otras partes del cuerpo. Una vez realizados el examen físico y los análisis de sangre, el médico puede recomendar 1 o más de las siguientes pruebas:
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Ultrasonido. El ultrasonido utiliza ondas de sonido para crear una imagen de las estructuras internas del cuerpo usando una pequeña cantidad de radiación. Las ondas de sonido rebotan contra el hígado, otros órganos y los tumores. Cada onda crea una imagen diferente en un monitor de computadora.
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Exploración por tomografía computarizada (CT o CAT). Una exploración por CT (en inglés) crea una imagen tridimensional del interior del cuerpo utilizando rayos X que se toman desde diferentes ángulos. Una computadora combina estas imágenes en una vista detallada de cortes transversales que muestra cualquier anormalidad o tumor.
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Imágenes por resonancia magnética (MRI). Una MRI (en inglés) usa campos magnéticos, en lugar de rayos X, para producir imágenes detalladas del cuerpo. Se pueden usar las MRI para medir el tamaño del tumor. Antes de la exploración, se administra un tinte especial denominado medio de contraste a fin de crear una imagen más clara. Este tinte se puede inyectar en una vena del paciente o puede administrarse en forma de líquido para tragar.
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Angiograma. El angiograma es una imagen por radiografía de los vasos sanguíneos. Se inyecta un medio de contraste en el torrente sanguíneo para que los vasos sanguíneos del hígado aparezcan en una radiografía.
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Laparoscopia. La laparoscopia es una prueba que permite que el médico observe el interior del cuerpo con un tubo delgado, flexible e iluminado denominado laparoscopio. Se seda a la persona mientras se inserta el tubo a través de una pequeña incisión en el abdomen. La sedación usa medicamentos para que la persona se sienta relajada y somnolienta. También se utiliza anestesia local para adormecer la zona.
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Biopsia. Una biopsia (en inglés) es la extirpación de una cantidad pequeña de tejido para examinarla a través de un microscopio. Luego, un patólogo analiza la(s) muestra(s). Un patólogo es un médico que se especializa en interpretar análisis de laboratorio y evaluar células, tejidos y órganos para diagnosticar enfermedades.
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Pruebas moleculares del tumor. Es posible que el médico recomiende realizar análisis de laboratorio en una muestra tumoral, a fin de identificar genes específicos, proteínas y otros factores específicos del tumor. Los resultados de estas pruebas ayudarán a decidir si sus opciones de tratamiento incluyen un tipo de tratamiento denominado terapia dirigida
Tratamientos para el cáncer de hígado
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Cirugía para extirpar tumores muy pequeños
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Hepatectomía. Cuando se extirpa una porción del hígado, la cirugía se denomina hepatectomía. La hepatectomía se puede realizar únicamente si el cáncer se encuentra en 1 parte del hígado y si el hígado funciona bien. La sección restante del hígado asume las funciones de todo el hígado. El hígado puede crecer nuevamente a su tamaño normal al cabo de unas semanas. Es posible que no se pueda realizar una hepatectomía si el paciente tiene cirrosis avanzada, incluso aunque el tumor sea pequeño.
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Trasplante de hígado. En ocasiones, se puede realizar un trasplante de hígado. Este procedimiento es posible solo cuando el cáncer no se ha diseminado fuera del hígado, se encuentra un donante adecuado y se cumplen criterios muy específicos en lo que respecta al tamaño y a la cantidad de tumores.
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Ablación por Radiofrecuencia. La RFA y la terapia con microondas utilizan calor para destruir las células cancerosas. Se pueden administrar a través de la piel, por laparoscopia o durante una cirugía mientras el paciente está bajo sedantes. La sedación consiste en administrar medicamentos que provoquen sensación de mayor relajación, tranquilidad o somnolencia. Este tratamiento también se denomina ablación térmica.
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La inyección percutánea de etanol es cuando se inyecta alcohol directamente en el tumor hepático para destruirlo. Los efectos secundarios incluyen fiebre y dolor después del procedimiento.
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Radioterapia estereotáctica del cuerpo (Stereotactic Body Radiation Therapy, SBRT). SBRT es un término que describe varios métodos de administración de dosis altas de radiación en un tumor mientras se limita la cantidad de exposición a la radiación de los tejidos sanos. Esto es importante ya que el tejido hepático sano puede dañarse con la radiación.
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Quimioembolización es un tipo de tratamiento de quimioterapia que es similar a la infusión arterial hepática (consulte más abajo). La quimioterapia es el uso de fármacos para destruir las células cancerosas, generalmente al poner fin a su capacidad para crecer y dividirse.
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La terapia dirigida es un tratamiento con fármacos que apunta a los genes o a las proteínas específicos del cáncer, o a las condiciones del tejido que contribuyen al crecimiento y a la supervivencia del cáncer. Este tipo de tratamiento bloquea el crecimiento y la diseminación de las células cancerosas y, a la vez, limita el daño a las células sanas.
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La inmunoterapia, también llamada terapia biológica, está diseñada para estimular las defensas naturales del cuerpo a fin de combatir el cáncer. Utiliza materiales producidos por el cuerpo o fabricados en un laboratorio para mejorar, dirigir o restaurar la función del sistema inmunitario. Actualmente, la inmunoterapia se está estudiando en ensayos clínicos para el HCC y no se considera como una opción de tratamiento estándar.
Recuperarse del cáncer no siempre es posible. Si el cáncer no se puede curar o controlar, a la enfermedad se la puede denominar avanzada o terminal.
Este diagnóstico es estresante y, para muchas personas, hablar sobre el cáncer avanzado resulta difícil. Sin embargo, es importante que mantenga conversaciones abiertas y sinceras con su médico y el equipo de atención médica a fin de expresar sus sentimientos, preferencias e inquietudes. La función del equipo de atención médica es ayudar, y muchos de sus integrantes tienen habilidades especiales, experiencia y conocimientos para brindar apoyo a los pacientes y a sus familias. Asegurarse de que una persona esté físicamente cómoda y que no sienta dolor es extremadamente importante.